Introducción

     

     

    La atención integral a la infancia exige a todos los actores responsables que influyen en la educación inicial de los niños y de las niñas garantizar el derecho al pleno desarrollo, a través de un proceso coherente, pertinente, flexible, oportuno, diferencial y con calidad, atendiendo a la realidad social, a los intereses y necesidades particulares de los niños y de las niñas.

    El estado colombiano, a través de la estrategia de atención Integral a la primera infancia, concibe a los niños y a las niñas como sujetos de derechos, únicos y singulares, reconociendo que el estado, la familia y la sociedad tienen la responsabilidad de garantizar los derechos de los niños y las niñas, deben protegerlos, cuidarlos y apoyar su desarrollo integral para potencializar sus capacidades y habilidades. El énfasis de esta estrategia impulsa una gran demanda en la cualificación del talento humano que trabaja por la primera infancia, por lo tanto, se debe preparar a los estudiantes del Educación Preescolar, para que desarrollen competencias, habilidades y compartan saberes acerca de la atención integral a la primera infancia y logren realizar prácticas pedagógicas incluyentes que respondan a la diversidad de los estudiantes.

    De ahí la pertinencia de proponer un curso que ofrezca los fundamentos para la atención integral de los niños y niñas sustentadas en el principio y enfoque de inclusión, que considere las características socio culturales y las necesidades puntuales que enfrentan los maestros en su práctica pedagógica. La participación en el curso permitirá fortalecer las competencias y habilidades de los estudiantes a través de diferentes estrategias didácticas para trabajar con los niños y las niñas desde sus diferentes entornos y atendiendo a la diversidad, a los diferentes contextos, estilos y ritmos de aprendizajes, con el fin de garantizar una educación de calidad.

    Teniendo en cuenta que la educación es un proceso continuo y permanente de socialización y participación de los individuos, sus acciones deben ser intencionadas para garantizar el desarrollo integral del educando, por lo tanto; el agente educativo debe potenciar las competencias y habilidades en los estudiantes para promover una educación de calidad.

    Atención Integral

    Según el Ministerio de Educación Nacional la educación inicial es la etapa comprendida entre los cero y los cinco años de edad, en esta etapa es fundamental atender los componentes de salud, educación inicial, protección y nutrición en los diferentes entornos, con el fin de garantizar el buen desarrollo, el crecimiento y la supervivencia del infante.

    El marco jurídico del país y principalmente en el (Código de la infancia y la adolescencia. Ley 1098 de 2006) reconoce la importancia de la atención integral en la primera infancia, cuando se refiere a: “la primera infancia es la etapa del ciclo vital en la que se establecen las bases para el desarrollo cognitivo, emocional y social del ser humano. Comprende la franja poblacional que va de los cero (0) a los seis (6) años. Son derechos impostergables de la primera infancia: la atención en salud y nutrición, el esquema completo de vacunación, la protección contra los peligros físicos y la educación inicial”.

    De acuerdo a lo anterior, la ley 1098 plantea que la primera infancia es una etapa fundamental en la vida de cada individuo, ya que es en ésta donde se potencian las capacidades cognitivas, comunicativas y sociales que favorecen el desempeño del infante.

    Atendiendo al compromiso con la primera infancia para su atención integral, Colombia en los últimos años se ha dedicado a fortalecer sus leyes a través de programas que favorecen a la atención integral de la primera infancia; así como la estrategia de cero a siempre, que tiene como centro a las mujeres gestantes y a las niñas y niños desde que están en el vientre hasta que cumplen los 6 años de edad. Esta estrategia reconoce al niño como sujeto de derecho, único y singular, que es capaz de incidir en su propio desarrollo, y parte del principio de corresponsabilidad donde el estado es garante de sus derechos.

    Desarrollo integral

    La comisión intersectorial para la atención integral a la primera infancia expone los fundamentos técnicos, políticos y de gestión de la estrategia de cero a siempre, de los cuales hacen referencia al desarrollo humano como:

    Un proceso de transformaciones y cambios que posibilitan la aparición de comportamientos novedosos y ordenados, los cuales se generan a través del tiempo y a partir de la propia actividad de los niños y niñas, de su capacidad para organizar por sí mismos sus experiencias y la información que de ellas derivan. (Fundamentos técnicos, políticos y de gestión de la estrategia de cero a siempre, 2013, p.63)

    En este mismo sentido el documento plantea el desarrollo integral como un proceso complejo que está protagonizado por un ser humano activo que es considerado sujeto de derechos, lo cual es primordial del desarrollo. Este proceso toma forma gracias a la interacción dinámica y continua entre la biología y las experiencias del sujeto en su vida cotidiana dada en los diferentes entornos sociales y culturales. “Este proceso no sucede de manera lineal, secuencial, acumulativa, siempre ascendente, homogénea, prescriptiva e idéntica para todos los niños y niñas, se expresa en las particularidades de cada uno, en una igualmente amplia variedad de contextos y condiciones” (p.64), y requiere comprender que sucede en un sujeto singular y diverso.

    Gracias a las experiencias que el ser humano vivencia a partir de este desarrollo integral puede ampliar sus propias capacidades de reflexión y de reelaboración de las experiencias, contribuyendo a la habilidad para tomar decisiones, y a la autonomía. El desarrollo integral permite entonces, forjar un ser humano es integral, activo, participativo, que favorece sus interacciones con otros seres humanos y con el medio en el que convive.

    Diversidad

    Cardona (2005) manifiesta que “la diversidad como característica que define la cultura y sociedades contemporáneas siempre ha estado presente”, y al respecto se refiere a que sin embargo hoy se hace más visible, dada la necesidad de identificar sus orígenes y consecuencias. Y es precisamente al respecto que la psicología y la pedagogía, intentan aportar para describir y explicar el comportamiento diferencial humano.

    Sin embargo, más allá de identificar y explicar las diferencias humanas, lo que se espera es que asuma en la convivencia la comprensión de las mismas.

    Solo por que reconocer la diversidad, es el equivalente a afianzarse en uno de los valores que debe fundamentar las practicas pedagógicas, como lo es el de educar respetando las diferencias. Es ello lo que hace realidad el ideal de “Educación para todos” y permite caminar hacia la construcción de escuela que caminen a la inclusión educativa.

    Desde la anterior interpretación de reconocimiento a la diversidad, es pertinente referirse a los principios y valores a los que según Stainback y Stainback (1999), es necesario recurrir para asegurar que se ofrece una educación basada en la diferencia. Al respecto destaca las siguientes premisas: “Establecer una filosofía escolar basada en el principio democrático e igualitario. Incluir a todas las personas implicadas en la educación (maestros, padres, alumnos...) en la planificación y toma de decisiones.

    Adaptar el currículo según las necesidades del alumnado.
    Mantener flexibilidad en las estrategias metodológicas de enseñanza.
    Acentuar los procesos de interacción, para hacer posible una educación de calidad para todos”.

    El conocimiento a fondo de las diferencias y una actitud abierta hacia ellas, asegura igualdad; la flexibilidad en las formas de trabajo permite la equidad; ambos conceptos, igualdad y equidad son valores que permiten considerar la diversidad en sí misma, como una fuente de aprendizaje; valorar positivamente la diversidad, es valorar a los alumnos y alumnas por lo que son como personas y lo que pueden hacer, más que por lo que tienen o no tienen.

    Inclusión

    Castro (2009), señala que partir de la década de los 90 en la Conferencia Mundial de Educación para Todos, se ha suscitado a nivel mundial un gran interés y tendencia pedagógica por promover la educación inclusiva, con una clara invitación a asumirla como un fenómeno educativo que rechaza las políticas y prácticas que promueven la exclusión y la discriminación.

    Con esta visión educativa se posibilita que todos y todas reciban una educación de calidad, que les permita participar e integrarse en la sociedad La autora enuncia que dichos cambios han dado origen a la evolución del concepto de educación inclusiva, considerando útil revisar las concepciones que al respecto, han sido adoptadas por distintos grupos que orientan sus prácticas investigativas en este campo, y de las cuales destaca:

    1) La Unesco (1999) En la Conferencia Mundial “Necesidades Educativas Especiales, Acceso y Calidad, se refiere a este concepto, enunciando: “La escuela debe acoger a todos, independientemente de su condición física, intelectual, social, emocional entre otras” (citado por López, Duran & otros, 2000).

    2) Arnaiz (1996) destaca “la educación inclusiva es una actitud un sistema de valores y creencias, no una acción, ni un conjunto de acciones, implica establecer y mantener comunidades escolares que den la bienvenida a la diversidad y que honren las diferencias”.

    3) Ortiz Díaz (2000) “la educación inclusiva trata de acoger a todo el mundo, comprometiéndose a hacer cualquier cosa que sea necesaria para proporcionar a cada estudiante de la comunidad y a cada ciudadano de una democracia, el derecho inalienable a pertenecer a un grupo, a no ser excluido”.

    4) Echeita y Sandoval (2002) “la educación inclusiva, no tiene que ver inicialmente con los lugares. Es antes una actitud de profundo respeto por las diferencias, y de compromiso con la tarea de no hacer de ellas un obstáculo, sino oportunidades”.

    5) La línea de Cuenca (2007), la define como aquel “concepto por el cual se reconoce el derecho que tienen los niños, las niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, a una educación de calidad, que considere y respete sus diferentes capacidades y necesidades educativas, costumbres, etnia, idioma, discapacidad, edad, etc.”. 5) Stainback (2007), afirma que significa atender a “todos los alumnos“, a todos los “ciudadanos” con los brazos abiertos en las escuelas y comunidades.

    6) Cabrera (2008) señala que se refiere al “aprendizaje y la participación de todos los estudiantes vulnerables de ser sujetos de exclusión, no sólo aquellos con deficiencias o diferencias étnicas”.

    7) El MEN (2005), la considera como: aquella que se basa en la diversidad, reconociendo y valorando al hombre, que se ocupe de educar en una institución educativa abierta y flexible que escoge a los estudiantes independientemente de sus capacidades y particularidades. (Castro 2009, pág 3). Es así como a partir de las definiciones compiladas Castro (2009), concluye que :

    La educación inclusiva va más allá de la simple comprensión y aceptación de la diversidad y afirma que “la tan anhelada Educación para todos, constituye en un reto para la humanidad” y que esta trasciende el ideal por cumplir un derecho, por cuanto supone la realización de cambios sustanciales en las dinámicas de relaciones de los seres humanos que implica una profunda reflexión, que para quienes lideran procesos educativos, implica además un compromiso ético, que vincula el tener un claro conocimiento del contexto socio-cultural, político e histórico, en el que se enmarcan las acciones que rodean la práctica pedagógica , al interior de la comunidad y las instituciones.

    El ejercicio de la práctica pedagógica de carácter reflexivo y orientado a la inclusión, representa para los maestros y maestras un gran reto; pero al mismo tiempo implica un alto compromiso por parte del sistema, que ha de repensar el proponerse formar un docente que se constituya en intelectual crítico, de forma que pueda ejercer su profesión con la convicción de que su labor es política; por cuanto se orienta a transformar desde su propia vivencia, dando cuenta del ejercicio de la justicia y la democracia, que demanda una educación de carácter incluyente.

    Objetivo General

     

     

    Ofrecer un espacio de formación a licenciados(as) en Educación Preescolar, que suscite la comprensión y reflexión de los referentes políticos, técnicos y de gestión fundamentados en la atención integral a la infancia, para que transformen sus prácticas pedagógicas e implementen estrategias didácticas que garanticen el desarrollo integral de la población infantil con enfoque diferencial.

    Objetivo Específico

     

     

    • Promover en los estudiantes, el reconocimiento de la estrategia de atención integral a la primera infancia atendiendo a los referentes políticos, técnicos y de gestión para articularlos con el desarrollo integral de la población infantil.
    • Identificar el rol activo que tienen los licenciados como agentes educativos en el desarrollo de acciones que favorecen una educación de calidad.
    • Fortalecer los saberes de los futuros docentes que van a intervenir en el desarrollo integral de los niños y niñas en sus primeros años de vida, a través de la reflexión en torno a la concepción de infancia que contempla la política de atención integral
    • Transformar las prácticas pedagógicas, a través del diseño de estrategias didácticas que promuevan la inclusión
    • Favorecer la construcción de herramientas conceptuales y metodológicas que le permitan comprender e intervenir en el desarrollo integral de los niños y las niñas teniendo en cuenta la diversidad

    Contenido

     

     

    • Módulo 1. Fundamentos conceptuales de la atención integral a la primera infancia
    • Módulo 2. Enfoques, modalidades de atención e inclusión a la infancia y rol de los agentes educativos
    • Módulo 3. Diseño de ambientes educativos con enfoque universal y diferencial
    • Módulo 4. Gestión de la calidad para las modalidades de atención e inclusión a la infancia

    Docentes

     

     

    Isabel Cristina Haddad Larios,
    Profesional en Educación Preescolar, , Licenciada en Pedagogía Infantil egresada de la Universidad del Norte, Doctorante en Administración Gerencial, Magister en Educación con mención en Gerencia Educativa, con Diplomados en Gerencia de Proyectos, Gestión Educativa, Evaluación de Procesos Educativos e Investigación Educativa.

    Con amplia experiencia como profesional en trabajo con niños entre 2 y 7 años de edad y en actividades que vinculaban el trabajo comunitario con la capacitación, la investigación en Programas de Pedagogía Infantil y formación en el liderazgo de rectores de la región Caribe. Asesora en el programa de fortalecimiento de la permanencia estudiantil en Institución de Educación Superior para el direccionamiento, la gestión y la ejecución de planes pedagógicos para contribuir a las prácticas profesorales, docente del programa de formación de educadores infantiles, realizando acompañamiento y supervisión a los estudiantes en su proceso de prácticas formativas. Asesora pedagógica de programas de educación inclusiva en escuelas distritales, tutora virtual en diplomados ofertados por el Ministerio de Educación Nacional. Docente del Programa de Pedagogía Infantil. Facilitadora en el acompañamiento a las Secretarías de Educación de Barranquilla, Atlántico y San Andrés para fortalecer sus capacidades institucionales organizacionales y de gestión a través del convenio 059 entre el Ministerio de Educación, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Instituto Caldense para el liderazgo.

    Información importante

     

     

    1. El diplomado se aprueba con el 80% de la asistencia.
    2. El desarrollo del contenido temático del diplomado puede variar dependiendo de la base del conocimiento previo de los asistentes, con el propósito de darle un mayor énfasis en las necesidades de los estudiantes, sin perder de vista el objetivo del mismo.
    3. Las clases inician a la hora estipulada, el facilitador está obligado a iniciar a la hora con el número de participantes que se encuentren en la sala.
    4. Pasados 30 minutos de haber iniciado la clase, se pondrá falla por asistencia
    5. Respetar en todo momento las normas mínimas de convivencia: Guardar la compostura, no contestar celular en la sala o mantenerlos en modo silencio, no consumir alimentos en la sala y, participar activamente en los talleres y evaluaciones, discusiones, etc.
    6. Los diplomas que se generen tanto como la asistencia al Diplomado como la Certificación como Auditor Interno serán expedidos por la Universidad.
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    VIGILADA MINEDUCACIÓN
    Personería Jurídica: Resolución 8103 del 19 de diciembre 2006

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